Diario de Investigación la Magistri Quelariel de Lunargenta.
Saludos lectores.
En mi afán por biografiar a todos los héroes y villanos de Azeroth, me
veo en la obligación de relatar las vidas, victorias y derrotas, de los más
grandes héroes que ha conocido la alianza hasta la fecha. Quizás no fueran los
mas fuertes, y es posible que muchos héroes y aventureros actuales muestren
mejores aptitudes que ellos, pero sin duda son el más vivo recuerdo de la
grandeza de la alianza incluso contra la más grande de las adversidades. Me
estoy refiriendo sin duda al grupo “los hijos de Lothar”.
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Anduin Lothar
Monumento a Lothar en Estepas ardientes.
Ante todo me gustaría explicar
a mis lectores quien es el tal Anduin Lothar, el León de Azeroth.
Sir Anduin Lothar es el último
descendiente del linaje real de los Arathi. Se crió en la corte del rey Adamant
III Wrynn, junto con el hijo de este, el príncipe Llane Wrynn, y Medivh, el
hijo de Nielas Aran, el mago real de la corte.
A la edad de 12 años ingreso
en la Orden de caballería de Azeroth, conocida como la gran hermandad de los
caballos, y a partir de ahí llegaría a convertirse en uno de los principales de
la corte, comandante en jefe de la Hermandad, y protector del reino. Sin Anduin
Lothar no tomaría verdadero protagonismo hasta el año 583, a la edad de 36
años, cuando tuvo que hacerse cargo de la defensa de Ventormenta, a causa del
ataque de “Monstruos de piel verde”, la Horda. Tras la coronación del Principe
Llane como Rey de Ventormenta, el es el encargado de dirigir a los ejércitos
humanos en cientos de escaramuzas contra los orcos.
En cierto punto de la guerra
un grupo de Ogros, liderados por Turok, su líder, robó un libro sagrado llamado
“escrito sobre divinidad”. Lothar encabezó una escaramuza para recuperarlo,
pero llegado al lugar conocido como “minas de la muerte” sufrió una emboscada y
él y muchos de sus hombres fueron capturados. Fue retenido como prisionero en
Minas de la Muerte durante 20 meses, durante los cuales el resto de soldados
capturados eran ejecutados lenta y dolorosamente. Finalmente fue rescatado por
tropas de Ventormenta y llevado de nuevo a la ciudad, donde cogería, de nuevo,
el mando de la tropas del Rey para seguir luchando contra la Horda.
No paso mucho tiempo hasta que
Khadgar, el aprendiz de Medivh, le comunicara que había sido su viejo amigo de
la infancia el que abriera el portal oscuro y dejara pasar a la Horda a
Azeroth. Después de comunicar estos hechos al rey Llane, el propio Anduin
Lothar fue el que ejecutó al mago, cortándole la cabeza. Sin embargo no pudo
detener el avance imparable de la Horda. El Jefe de Guerra puñonegro, el
destructor, y su compendio de brujos, consiguieron hacerse con el control de
Garona, la semiorca, para usarla como asesina, y atentar contra el Rey Llane.
El asesinato fue llevado a cabo con exactitud, y Llane murió mientras su hijo
contemplaba su asesinato.
Ante la inminente caída de la
otrora poderosa Ventormenta, Anduin se propuso salvar todo lo que pudiese,
entre ellos todos los hombres, civiles y provisiones que pudiera, sin
olvidarnos del Príncipe Varyan Wrynn.
Una vez a salvo en Lordaeron,
depsues de una larga travesia por mar, Anduin Lothar consiguió alzar a los
reinos del norte en armas en contra de la Horda, y consiguiendo ayuda también
de los altos elfos de Que’thalas, que habían sido atacados por trolls amani, y
de los enanos de khaz modan, que habían poerdido su hogar, se puso al mando del
ejército de la alianza más poderoso y mejor preparado que se había formado en
años. Designó al paladín Turalyon como su segundo al mando, y a Uther el iluminado,
a Daelin Valiente y a Khadgar como sus lugartenientes.
No pasaría mucho hasta que la
alianza consiguiera romper el cerco orco, y penetrara en khaz Modan, con la
ayuda de Muradin y Brann Barbabronce. Durante las batallas por retomar Azeroth,
Anduin Lothar intentó parlamentar con el jefe de guerra de la Horda, Orgrimm
Doomhammer, quien había derrocado a Puñonegro haría no mucho. Sin embargo,
Anduin Lothar fue traicionado, emboscado, y en mitad de la batalla fue forzado
a luchar contra el mismo jefe de guerra contra el que quería parlamentar.
Finalmente orgimm venció el
duelo no sin la polémica de que había hecho trampas y había lanzado a sus
hombres en contra de Sir Lothar en mitad del duelo. Así llegaría al final de su
vida el más grande de los Héroes de Azeroth. Anduin finalmente fue vengado, su
segundo al mando, Turalyon, vengo la muerte del supremo comandante con la misma
espada que este había empuñado apenas momentos antes, Quel’Zamar. Gracias al
sacrificio de Sir lothar, y de la siguiente victoria por parte de Turalyon,
consiguieron llegar hasta el portal oscuro para que khadgar lo destruyera.
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Los hijos de Lothar
Monumento a Los Hijos de Lothar en Ventormenta
Son conocidos como Los hijos
de Lothar, cinco héroes de Azeroth, que llevaron a cabo grandes hazañas junto
al respetado general, y después de su muerte, llevando siempre su recuerdo con
honor. A continuación se relata una biografía resumida, con posibilidad de
ampliación, sobre los 5 héroes que formaban esa compañía.
Turalyon
Segundo al mando de Sir Anduin
lothar durante la segunda guerra. Avezado general que comandó a las tropas más
allá del portal oscuro. Los comienzos de este renombrado paladín tampoco se
pueden desdeñar.
Fue uno de los primeros 5
paladines de la mano de plata ungidos con el poder de la luz por Alonsus Faol,
junto con Uther el Iluminado, Gavinrad el terrible, Saidan Dathrohan y Tirion
Vadin. Siendo el más joven de los 5 paladines es al que se le dio una
responsabilidad mas grande, ya que se le puso al frente de la mitad de las
tropas terrestres de la alianza, sin embargo supo salir adelante, y ganar
confianza en sí mismo, apoyado por Alleria Brisaveloz y el archimago Khadgar.
Seria durante este periodo cuando empezaría su relación con Alleria Brisaveloz,
comandante de los forestales de Lunargenta, que culminaría con el nacimiento de
su hijo medio-elfo, Arator.
No paso mucho más tiempo hasta
que la alianza, siguiendo órdenes de Sir Lothar y Turalyon, ejerciera presión
sobre la Horda y la obligaran a retirarse. Los orcos, en un intento de no perder
territorio conquistado, engañaron a ambos comandantes atrayéndolos hasta las
montañas cercanas a Pico nidal, hogar de los enanos martillo salvaje, y
dividiendo su ejército, atravesaron las montañas de Alterac, despistaron al
ejército aliado, y se infiltraron en los más profundo de los territorios de la
alianza, dejando como objetivos claros Stratholme, mano de Tyr, y el norteño
bosque de Cancioneterna, que quedaría arrasado y quemado. El avance del
ejercito orco por los bosques de Lunargenta fue difícilmente detenido y se
consiguió a cambio de muchas vidas y hectáreas de bosque arrasado. Durante la
noche posterior a la victoria en Quel’thalas, Alleria busco consuelo en los
brazos de Turalyon para todo lo que había sufrido.
El ataque sobre tierras
elficas convenció a los gobernantes de Quel’thalas que debían ofrecer más ayuda
a la alianza, y Turalyon partió de regresó a Lordaeron con un ejercito elfico
bajo su mando. El ejército avanzó hacia Alterac y luego hacia Lordaeron,
deteniendo así el avance Horda de Orgrimm y haciéndolo retirar de nuevo a las
tierras de Costasur, para después empujarlo hasta Puente Thandol.
Una vez con el ejercito a las
puertas de Khaz Modan, Turalyon y Sir Lothar empujaron a los orcos hacia el
sur, con la intención de recuperar Forjaz, capital de los enanos Barbabronce, y
tras empujarlos aun más hacia la montaña Rocanegra. Allí se decidiría el
destino de su comandante y mentor, Sir Anduin Lothar, el León de Azeroth.
Turalyon vengó la muerte de su amigo usando la misma espada con la que él había
sido vencido, y después de derrotar a Orgrimm, al que perdonó la vida, empujó
aun mas a los orcos hasta que llegaron al portal oscuro, de donde habían
salido, y a donde habían vuelto.
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Pasaron algunos años cuando
los orcos volvieron a mostrar movimiento en el portal oscuro. Un grupo de orcos
se infiltro en Azeroth de nuevo para robar algunas reliquias, por orden de
Ner’zhul. Entonces fue cuando el Rey Terenas volvió a recurrir al general
Turalyon para que guiase a los ejércitos de la alianza hacia mas allá del
portal oscuro, para luchar contra la amenaza orca.
Las campañas de Draenor no
empezaron con buen pie, la posesión del portal oscuro cambiaba de manos cada
semana, eso hacia el envío de tropas y víveres complicada, y además, los
comandantes de la alianza no sabían para que se preparaba exactamente la Horda,
por tanto estaban allí a ciegas. Durante
ese tiempo Turalyon pudo rehacer su relación con Alleria, que estaba muy
distante desde varios años atrás, desde aquella noche después de la victoria en
Lunargenta.
Entonces, gracias a Khadgar,
descubrieron, no solo sus intenciones, si no cuando pretendían realizarlas, y
el tiempo apremiaba, la horda pretendía abrir portales a otros mundos
aprovechando una conjunción de estrellas. Fue asi como el comandante Turalyon
emprendió la misión de tomar definitivamente la ciudadela de fuego Infernal.
Llevando a cabo un asedio antes del alba, consiguieron adentrarse en la
ciudadela, y tomarla. Sin embargo la victoria no fue la esperada, Ner’zhul, el
chaman orco que había ideado todos los planes, había escapado en dirección a
Templo oscuro, con las reliquias que debían recuperar si querían envitar sus
planes.
Sin embargo no fueron los
únicos contratiempos. Averiguaron que Alamuerte, el aspecto de la muerte,
estaba en Terrallende también, y estaba en posesión de la calavera de Gul’dan,
artefacto que debían recuperar si querían cerrar el portal, asi pues Turalyon,
Khadgar y Alleria decidieron seguirle con parte del ejercito, mientras Danath
Aterratrols y Kurdran seguían al ejercito orco, que en estos momentos iba hacia
Aunchidoun.
El grupo de Turalyon llego
hasta las tierras ahora conocidas como Montañas Filospada, y allí encontraron a
una tribu de Ogros que estaba siendo asediada por la aparición de dragones
negros. Teniendo un enemigo común, deciden aliarse, y después de una cruenta
batalla contra el vuelo negro, consiguen derrotar a Alamuerte, y recuperar la
calavera de Gul’dan. Ya de regreso a la ruta de Ner’zhul, Turalyon se une al
ejercito de Danath para continuar con la persecución del chaman orco. Llegan
hasta templo oscuro, donde el chaman está llevando a cabo los últimos rituales.
Asedian el templo y el mismo Turalyon vence a uno de los generales de la Horda,
el caballero de la muerte Teron Sanguino.
Por desgracia Ner’zhul
consigue escapar, atraviesa uno de los portales que ha creado a otros mundos, y
huye, no sin antes dejar un mundo destrozado por el uso de la magia demoniaca,
que se desintegra a pasos agigantados. A duras penas consiguen llegar de nuevo
hasta el portal oscuro para cerrar el portal, y que la desintegración de
Draenor no afecte a Azeroth. Una vez cerrado Turalyon decide hacer pasar a su
gente por uno de los muchos portales, esperando que al otro lado se salven de
la destrucción del planeta.
Por suerte o por desgracia,
después del colapso y destrucción del planeta, consiguen volver, parte del
planeta sigue intacto, aunque en verdad no son más que cachos de tierra enormes
flotando en el vacio abisal. El bastión del honor sigue en pie, y por tanto
vuelven a asentarse en el, para intentar subsistir, ya que ahora están
incomunicados con Azeroth. Turalyon y Alleria llevan desde entonces
desaparecidos para el mundo.
Alleria
Reputada forestal de
Quel’thalas, experta arquera y avezada comandante. Las hazañas de la forestal
Brisaveloz no se quedan atrás respecto a las de Turalyon o cualquier otro
héroe.
Siendo la Mayor de 4 hermanos,
sirve con devoción a los señores de Lunargenta para defender los bosques de
canción eterna. Cuando Anduin Lothar, el Lean de Azeroth, pide ayuda a los
señores regentes de Quel’thalas para luchar contra los orcos, Alleria se suma
de forma voluntaria, junto con sus forestales a las tropas de Anduin Lothar en
Costasur, para hacer frente a los orcos. Entablo muy buenas relaciones con un
joven general de la alianza, llamado Turalyon, paladín de la mano de plata.
Después de algunas victorias
sobre los orcos, estos idearon una estrategia para cruzar las líneas de la
alianza y avanzar hasta muy adentro en las tierras del norte. De esta manera
consiguieron llegar hasta Stratholme y mas allá, cruzando el paso entre las
montañas y llegando al bosques de canción eterna, donde los forestales de su
hermana, Sylvannas Brisaveloz, y las tropas de la alianza que los seguían
dieron buena cuenta de su presencia en aquellos bosques. Sin embargo no
pudieron evitar muchas desgracias. El hermano pequeño de Alleria, Lirath, y
otros 18 miembros de la familia Brisaveloz fallecieron durante aquellas
batallas. Compungida y descompuesta por tal tragedia, buscó consuelo en los
brazos de Turalyon, al que por aquel entonces ya consideraba más que a un
general, incluso más que un amigo. Despues de ese encuentro intimo se rumorea
que fue cuando Alleria concibió al hijo que ambos tienes en común, semielfo
llamado Arator, conocido como el Redentor.
Desde ese día la forestal se
mostró muy furibunda, desenado nada más que la muerte y a la erradicación de la
raza orca. Tal empeño en masacrar a los que ella consideraba alimañas, la
separo de Turalyon, pues no tenía otra cosa en mente que la venganza. Así pues,
prosiguió la guerra, y al final la alianza salió victoriosa y los orcos
atravesaron el portal de regreso a Draenor.
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Pasaron algunos años cuando volvió
a haber movimiento en el portal oscuro. Alleria, junto a sus forestales, se unió
de nuevo a la alianza para luchar contra la amenaza que suponía la Horda. Acabó
cruzando el portal oscuro junto con el resto del ejército, y a cada paso su
ansia de venganza crecía. Sin embargo estuvo mucho tiempo sin poder saciarla,
ya que los orcos les daban pocas oportunidades. Atrincherados en la ciudadela
de fuego infernal, la alianza, situada en bastión del honor, no podía, más que
proteger el portal para no perder su posesión e intentar averiguar que planeaba
Ner’zhul exactamente.
Durante este periodo de tiempo,
que supuso perfectamente más de medio año de campaña, Alleria pudo rehacer su relación
con Turalyon, y poner en orden sus sentimientos. Fue además a esa mejora en su
temperamento que sirvió de inspiración a Khadgar para averiguar los planes del
Chaman Ner’zhul.
Ya con un propósito claro, y
el tiempo que tenían para desbaratar los planes de la Horda, se propusieron
tomar la ciudadela del fuego infernal. Aprovechando el factor sorpresa las
forestales de Alleria, y ella misma, se infiltraron en la fortaleza orca, que impedía
que pudieran seguir a Ner’zhul, y mataron a los guardias y abrieron las puertas
para poder dejar entrar al ejercito. Una vez tomada la fotaleza, Alleria
acompañó a Turalyon y al archimago Khadgar en la misión de recuperar la
calavera de Gul’dan, un poderoso artefacto necesario para cerrar el portal.
Su persecución de Alamuerte,
el poseedor de tal reliquia, les llevo hasta las montañas filospada, donde después
de entablar cierta alianza con un clan de ogros, pudieron derrotar al Aspecto
corrupto y volver con la calavera a encontrarse con Danath, que conducía la
otra parte del ejercito.
Las siguientes batallas
consistieron en una persecución sin tregua de los secuaces de Ner’zhul. Este consiguió
escapar de Aunchindoun justo cuando iba a ser apresado por las tropas de la
alianza, y de nuevo se les volvió a escapar cuando consiguieron tomar el templo
oscuro, y llegar hasta la cúspide, donde el chaman había llevado a cabo el
ritual que tanto ansiaba. Por desgracia, aquel portal no era solo oportunidad pérdida
de capturar al orco, sino también el ultimo portal que acabaría de
desestabilizar por completo el planeta.
Sabiendo que no podrían huir
por el portal a tiempo con todo su ejército, los héroes Khagdgar y Alleria
volaron lo más rápido posible hacia el portal oscuro, por donde habían entrado
a este mundo, y protegiendo al archimago de todo orco que les atacara, Alleria
vio como este se cerraba, para que la explosión de Draenor no afectara a
Azeroth. Como último intento de supervivencia, Alleria siguió a Turalyon a través
de un portal abierto, que les condujo a un lugar seguro, hasta después de la explosión,
para volver y comprobar que una parte de Draenor seguía intacta, y que el Bastión
de Honor había resistido en parte la explosión.
Desde poco tiempo después,
Alleria desapareció junto con Turalyon, y nada más se ha sabido de ninguno de
los dos hasta la fecha.
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La biografía resumida de los hijos de Lothar continuará en la segunda
parte de este relato, con las biografías de Danath Aterratrolls, Kurdran
Martillo Salvaje y El Archimago Khadgar.
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